Eduardo Saiz de Lekue recibe a RH360

Eduardo Saiz de Lekue recibe a RH360

Recientemente se han cumplido 100 años del nacimiento de Saramago, no es que tenga nada que ver con La Salve, pero si una frase que dijo este escritor: «Las energías vuelven siempre cuando la esperanza vuelve». La Fábrica de cervezas La Salve, 135 años después, ha vivido algo de ésto y Eduardo Saiz de Lekue está orgulloso ello.

La tercera generación de la familia Pérez-Yarza vieron nacer la empresa de sus abuelos en 2014 gracias a la esperanza y pasión de Saiz de Lekue y su socio Jon Ruiz Ibinarriaga.

En nuestra visita en Bolueta, Eduardo Saiz nos lleva de una punta a otra de la fábrica para acudir al txoko que tienen para presentar las catas y lo primero que hace es abrir un botellín para probar una cerveza nueva que acaban de producir. Necesita líquido por que hace un día de calor, pero sobre todo está ávido de conocer, de sosprenderse del sabor de la reciente creación.

Según él, hay un estilo de cerveza para cada momento del día, para cada persona y para cada creación gastronómica.

Pregunta.- ¿Un valor estratégico en su empresa?
E.S.- El respeto a la historia. Una empresa que nace en 1886, la más lonjeva del Estado, y además somos responsables del sello de Bilbao, es una empresa bilbaína. Ésto exige mucho y nos compromete.

P.- ¿Dónde siente que es sostenible?
E.S.- La sostenibilidad es uno de nuestros grandes valores. Somos kilómetro 0 y emisiones 0. Tenemos claro nuestro compromiso con el entorno limítrofe: la cebada es de Álava, el lúpulo tiene poco más de 100 km., en breve tendremos un proveedor más cercano en Berantevilla; las etiquetas de las botellas se hacen a menos de 120 km. Nuestro vidrio se compra en Llodio, la caldera es de pelet y la maestra cervecera es licenciada en química por la Universidad del País Vasco. No hacemos nada que no pase por el filtro de ser lo más respetuoso posible con sostenibilidad. No es imagen, hay una responsabilidad y un compromiso de verdad por generar riqueza en el entorno, valor en el medio local. Además tenemos el tratamiento del agua: queremos que todo el ciclo del agua sea circular. Funciona aquí una planta depuradora de agua para que los vertidos del proceso salgan a las cañerías con el ph neutro, pero incluso proyectamos, en un futuro, que ese agua se vuelva a utilizar para la próxima cerveza que se elabore en Bilbao. Está en nuestro ADN el compromiso medioambiental y lo vamos a llevar hasta el máximo.

P.- ¿Su metodología particular es?
E.S.- La innovación es nuestra gran metodología. O dicho de otra manera, la mejora continua es nuestra apuesta. Invertimos en la fábrica 2 millones de euros en 2018 y todos los años llevamos nuevas acciones en esta linea para que la empresa sea la punta de lanza del mercado cervecero, como así lo atestigua nuestros galardones. Recientemente, en Estoril, en el World Beer Challenge 2021 se nos ha identificado como la tercera cervecera más premiada del mundo (cuatro medallas de oro y cuatro de plata).

P.- ¿Lo que le gusta hacer con el equipo?
E.S. Puedes tener la mejor materia prima, la mejor tecnología, pero si no tienes las mejores personas en tu equipo, el conjunto no funciona. Nuestros trabajadores han sido ‘fans’ de la marca y ahora trabajan con ilusión en ella. Tenemos acuerdos con centros educativos para apoyar la formación especializada y para atraer talento.

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